En SAPphire, el evento anual de SAP en Orlando [la edición europea está convocada para noviembre, nuevamente en Madrid, como en 2011] tuvo, como cualquiera podía suponer, un aire de confrontación con Oracle. HANA, la plataforma de análisis en memoria, está disponible desde hace ahora un año, y si todo sale bien debería ser un instrumento para que los clientes de SAP – se dice que hasta un 60% vinculan sus aplicaciones con la base de datos de Oracle – se liberen de ese vínculo, aprovechando las nuevas tendencias tecnológicas. Claro que, para alcanzar ese objetivo en torno a 2015, HANA necesitará reclutar evangelistas, administradores, consultores… y clientes.
Pese a su juventud, o por eso mismo, HANA ha sido una vez más protagonista. Hasta ahora, su uso dominante son las soluciones de business analytics – en las que también compite con IBM – pero SAP acaba de dotar con 155 millones de dólares un fondo destinado a financiar a terceros que desarrollen aplicaciones para ampliar el alcance de su plataforma. Destinará otros 337 millones a programas de incentivo para que sus clientes la adopten en los próximos años; entre otras iniciativas, a regalar servicios de consultoría a quienes decidan cambiar sus bases de datos actuales.
Otra novedad, expuesta por el CTO de SAP, Vishal Tikka, es la integración entre “algunos módulos” de su suite de negocios con HANA y de esta con Hadoop, el software para Big Data que ya ha conquistado a media industria (entre otros, Oracle e IBM, precisamente). HANA servirá, como se había prometido, como base de datos subyacente para el entorno Business Warehouse de SAP, que tiene unos 16.000 clientes.
Una característica de HANA es la estructura de su base de datos, que simplifica la estructura típica de data warehouse llevando los datos a la memoria, depurándolos y comprimiéndolos al mismo tiempo. Esto da como resultado un incremento de la performance hasta niveles que el marketing de SAP multiplica, en su comprensible ánimo de subrayar la novedad. Pero no hay que verlo tanto en relación con los datos estructurados de un ERP sino como el centro para la integración de nuevas aplicaciones.
Oracle comercializa su propio appliance in-memory, Exalytics, y ambas compañías no pierden ocasiones de lanzarse pullas al respecto. El mes pasado, se conoció el acuerdo con el especialista en almacenamiento Violin Memory con el objetivo de desarrollar un appliance específico para HANA.
Hasso Plattner, el legendario fundador de SAP y todavía su alma mater, mostró en pantalla gigante un diagrama del sistema HANA “para nuestros amigos de Redwood Shores [la sede Oracle] que nos están viendo por streaming”. Plattner dijo algo mucho más interesante: “HANA está abierta a terceras partes. Tratamos de hacer algo así hace 20 años, pero desistimos a la vista de otros éxitos; esta vez, hemos tomado la decisión estratégica de no caminar solos”.
Por su parte, Jim Hageman Snabe, co-CEO de SAP, se valió de una fórmula ingeniosa para describir la metamorfosis que vive la compañía desde que él y McDermott se hicieron cargo: “muchos hombres, cuando llegan a los 40, sienten la pulsión de comprar algo que simbolice la juventud y una cierta rebelión, una moto por ejemplo” [Harley Davidson es cliente de SAP, recordó como si viniera al caso]. Aludía Snabe, de manera transparente, al hecho de que SAP cumple precisamente 40 años en 2012, y bajo el influjo de esa pulsión, ha comprado SuccessFactors. “En este momento, nos sentimos como veinteañeros”.
Lars Dalgaard – danés como Jim Snabe – accedió a vender a SAP en diciembre su empresa SuccessFactors, especializada en software para recursos humanos entregado como servicios, por 3.400 millones de dólares (diez veces su facturación). Desde entonces, Dalgaard ha pasado a ocupar una plaza en el consejo directivo de SAP como responsable de reformular el negocio cloud de la compañía alemana. El estilo personal de Dalgaard se manifestó de tal modo en su primera participación en SAPphire que, a juicio de algunos, eclipsó a sus colegas de rango superior, incluído el respetado fundador de la compañía, Hasso Plattner.
La nueva oferta cloud de SAP – adelantó Dalgaard – pondrá el acento en dar capacidad a los clientes para combinarse con las soluciones que tienen instaladas on-premise, de manera que una unidad de negocio pueda gestionar algunas funciones en la nube y ser capaz de conciliar sus datos con los que se encuentran en una instancia SAP del datacenter.
En otro tono, en la primera sesión había advertido Bill McDermott, el otro co-CEO de la compañía, que “nuestros clientes quieren innovar, pero sin perturbar la consistencia de lo que han venido usando durante años”. La idea de que “todo tiene que cambiar porque hay una nueva plataforma en la nube, no es coherente con lo que las empresas esperan de nosotros”. Teniendo en cuenta la base instalada, se puede entender perfectamente que el software en la nueva sea visto por SAP más como un complemento de su software en el datacenter que como un reemplazo.
El caso es que SAP tiene desde 2007 una oferta en la nube – o, dicho más precisamente, de software como servicio – llamada BusinessByDesign. Al inicio de su andadura, se estimaba que esta suite online para medianas empresas tendría en 2010 una clientela potencial de 10.000 empresas; luego, hubo que rebajar las expectativas y relanzar el paquete, pero ni así ha conseguido tener un impacto significativo en el mercado. Algunos analistas creen que a finales de 2011 la lista de clientes apenas superaba el millar.
McDermott dijo días pasados, en una entrevista con DowJones, que SAP mantiene su compromiso con BusinessByDesign, aunque admitió que “en cierto momento pudo tener sentido descontinuarlo”. Ahora, de explotar su potencial se ocupará Dalgaard, integrándo la suite con los productos que aporta SuccessFactors, que para eso Snabe y McDermott pagaron por ella un alto precio. La estrella ascendente parece tener las ideas tan claras que ha incomodado a veteranos de la compañía. Según Dalgaard, hay cuatro áreas de confluencia entre la oferta preexistente de SAP y la que aporta SuccessFactors para desarrollar el potencial de la nube: gestión de personas, de finanzas, de clientes y de proveedores.
Añadió que sería un error esperar que los clientes de la oferta cloud adquieran un conjunto amplio de aplicaciones en la nube. Lo que quieren – explicó – es que las aplicaciones trabajen en común, empezando por una necesidad específica: “no forzaremos a nadie a comprar todo en uno; es mejor ofrecerles productos independientes que puedan aportarles una experiencia de integración cuando estén listos para ella”
En enero, al completar la adquisición de SuccessFactors, SAP estimó que los ingresos por servicios cloud podrían alcanzar los 2.000 millones de euros en 2015, a pesar de que el año pasado sólo ingresó 18 millones por suscripciones y soporte a BusinessByDesign. Por cierto, para 2015 los ingresos totales de SAP deberían ascender a 20.000 millones de euros, partiendo de los 14.000 millones de 2011. El incremento provendría de tres fuentes: HANA, cloud y gestión corporativa de dispositivos móviles (aportación de Sybase).
[sobre un informe enviado por Mario Kotler, desde Orlando]